lunes, 10 de diciembre de 2012

Polémica iniciativa en Extremadura para acabar con el fracaso escolar


elpais.com: Mil euros de incentivo... ¿al mal estudiante?

  • Extremadura inicia un programa para atraer al aula a jóvenes sin secundaria a cambio de dinero 
  • Nueva York y Chicago ya han ensayado la polémica iniciativa con resultados desiguales
“Hasta para ser basurero, le piden el título”. El hijo de Lorenzo Muñoz es uno de los aspirantes a la ESO de los 1.000 euros, un programa que acaba de arrancar en Extremadura y que premiará con este importe a jóvenes de entre 18 y 25 años que terminen la Secundaria. Pablo Muñoz, el aludido, tiene 21 años y dejó las aulas casi recién llegado al instituto, porque no le gustaba estudiar. Desde entonces tampoco ha conseguido trabajo aparte de ayudar en el campo a su padre, que es agricultor en Santa Marta de los Barros, un municipio de Badajoz de 4.000 habitantes. El Gobierno extremeño afirma que persigue evitar la exclusión de jóvenes como Pablo. La medida resulta controvertida, especialmente en época de recortes, pero varios expertos avalan el intento, como Juan Manuel Moreno, especialista en educación del Banco Mundial: “La tasa de abandono escolar en España requiere medidas de choque; merece la pena experimentar”.
Casi un millón de jóvenes en edad universitaria (entre 18 y 24 años) no terminaron estudios de bachillerato o formación profesional. El 26,5% del total en 2011, según datos del Ministerio de Educación. En Extremadura, el índice sube al 29,6%, lo que se traduce en unos 28.000. Pero, además, hay unos 8.000 extremeños de entre 18 y 25 años que están apuntados al paro sin ni siquiera haber obtenido el título de ESO, y el Gobierno regional, liderado por el popular José Antonio Monago, pretendía formar a la mitad con este programa. Por ahora, se han apuntado 2.435 (el 63% de las 3.900 plazas previstas), si bien hay lista de espera en algunas poblaciones. “Es un problema estructural; o lo afrontamos, o pueden convertirse en parados vitalicios”, asegura Sergio Velázquez, secretario de Empleo, Actividad Empresarial e Innovación Tecnológica. Este departamento financia con cuatro millones de euros el programa que desarrolla Educación. “Tenemos el deber moral de no dejar tirados a jóvenes que dejaron de estudiar, para trabajar en la construcción o por lo que sea, y ahora están en el paro y sin formación”, recalca Velázquez. La iniciativa recibió el apoyo del ministro de Educación, José Ignacio Wert, que, en una visita a Extremadura el pasado lunes, consideró que contribuye a mejorar la “inserción de los jóvenes” y la “inclusión social”.
La medida, sin embargo, no ha contado con el respaldo de los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, en la región extremeña. Y ha generado mucha polémica en el ámbito docente: “Que te paguen por cursar una educación pública gratuita la desvirtúa como valor propio”, opina Nieves García, presidenta de la Asociación de Directivos de Institutos Públicos de Extremadura. Expertos como Moreno discrepan: “En general, nos gustaría que todos los jóvenes se rigieran por los valores de las clases medias y altas, que tienen interiorizada la motivación intrínseca del estudio (como un beneficio en sí mismo), pero no es así”.
Fernando González Pozuelo, catedrático de Sociología de la Facultad de Educación de Badajoz, explica que las clases desfavorecidas tienden a pensar solo a corto plazo. “Hay que pensar nuevas maneras de motivar; por ejemplo, un plan de alfabetización puede tener más éxito si aprender a leer se presenta como un medio para conseguir el carné de conducir”.
“Plantear recompensas (motivación extrínseca) siempre genera mucho debate. Por ejemplo, puede atraer a cierta gente pero, a la vez, pervierte la relación entre profesor y alumno, que ya no está basada solo en el conocimiento, sino también en la prestación económica condicionada por la evaluación”, señala José Saturnino Martínez, sociólogo de la Universidad de La Laguna y especialista en educación e igualdad social, que además fue asesor educativo del Gobierno del PSOE la pasada legislatura. En el caso extremeño, los alumnos solo recibirán los 1.000 euros —la mitad en el ecuador del curso y la otra, al final— si superan todas las materias, con un currículo similar al de los centros de educación para adultos.
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1 comentario:

  1. CCOO y UGT no son mayoritarios en la Educación de Extremadura, son el tercero y el último respectivamente

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