jueves, 5 de septiembre de 2013

La Universidad busca ‘padrinos’ para estudiantes sin dinero

Estudiar en la Universidad se hace cada vez más complicado para los alumnos con menos recursos, que sufren un importante encarecimiento de las tasas académicas en muchas comunidades autónomas y más restricciones para acceder a las becas. Y, ante esta situación, algunas universidades se movilizan para captar las donaciones de empresas y de particulares que quieren aportar su ayuda para costear de forma altruista los estudios a alumnos sin recursos.
La llamada que una pensionista hizo en julio a la Universidad de Málaga emocionó a Adelaida de la Calle, la rectora de esta institución. Aquella señora, a pesar de no tener una economía holgada, se ofrecía para pagarle los estudios a un alumno que se hubiera quedado fuera de la enseñanza superior por problemas económicos. Tras rememorar este miércoles esta llamada y advertir que se está apreciando un descenso del número de matriculados, De la Calle dijo que propondrá crear en su universidad una bolsa para canalizar este tipo de donaciones. La también presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) argumentó que, “igual que se apadrina a un niño”, también se podría “apadrinar a un estudiante, pagando una matrícula”.
De la Calle tiene previsto trasladar este jueves esta propuesta al equipo de gobierno de la Universidad de Málaga. Lo hará durante la reunión que mantendrá con sus vicerrectores. “Queremos montar esta acción social”, señaló la rectora. Sin embargo, también apuntó que se debe analizar la viabilidad legal de la medida,que aún está en ciernes.



La llamada telefónica de esa pensionista es un ejemplo del goteo de iniciativas anónimas que buscan aportar algo de dinero para evitar la expulsión de los alumnos con menos recursos del sistema de enseñanza. La mezcla es demoledora para los estudiantes: muchas autonomías han aumentado considerablemente el precio de las matrículas en solo dos cursos, el Ministerio de Educación ha endurecido los requisitos para acceder a las becas y el paro ha dejado tocada la economía de cientos de miles de familias. “Recortar las becas y aumentar las matrículas en un momento de crisis no es lo más adecuado”, señaló Adelaida de la Calle.

En junio, según el recuento realizado por este periódico, al menos 30.000 universitarios morosos (un 2,3% del total) estaban al borde de ser expulsados de los campus.
Las universidades están intentando buscar fórmulas para tratar de salvar a estos alumnos con problemas. Se trata de soluciones como el aumento de las ayudas propias o fraccionar el pago de las matrículas. Pero los campus también se movilizan ahora para captar la ayuda que los particulares ofrecen. Por ejemplo, un ciudadano de Alcoi entregó hace unas semanas 10.000 euros a la Universidad Politécnica de Valencia para alumnos sin recursos. Once estudiantes se han beneficiado. Otra persona anónima ha decidido donar 70.000 euros para el mismo fin en la Universidad de León.
A José Carrillo, rector de la Complutense, la propuesta que ha lanzado Adelaida de la Calle le parece “una iniciativa positiva”. “Los recursos son escasos y estamos obligados a buscarnos la vida”, lamentaba Carrillo. “Nosotros también nos planteamos abrir el fondo de ayuda a estudiantes con dificultades a la participación de quien quiera”, añadió el rector de la Complutense.
Tanto Carrillo como su homólogo de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, Xavier Grau, hablaron de empresas que ya financian este tipo de ayudas. Grandes sociedades se hacen cargo de becas y cátedras específicas desde hace años. También, algunas personalidades. En la Universidad de Málaga, por ejemplo, el actor Antonio Banderas, doctor Honoris Causa por esta institución, realiza anualmente una donación que se destina a un programa para costear estudios en Estados Unidos. “Este tipo de financiación particular no es nueva, hay muy buenos ejemplos, lo que pasa es que ahora parece que hay una cierta sensación de emergencia”, opinó Grau.
La Universidad de Granada también se ha fijado en esas aportaciones que se sitúan al margen de la Administración. Según su rector, Francisco González Lodeiro, durante este mes tendrán lista una norma de mecenazgo y patrocinios. Está pensada para empresas, pero también se abrirá a “donaciones de particulares” que deseen ayudar. Los fondos que se recauden, indicó González Lodeiro, se destinarán a becas e impulso de la investigación. La presidenta de la CRUE también reclamó que “la educación debe ser uno de los elementos esenciales en la ley de mecenazgo” para que se incluyan las donaciones en actividades académicas.
Pero los responsables universitarios consultados se mueven con cautela cuando hablan de este asunto. Es un terreno resbaladizo. Por un lado, cargan a sus espaldas con los recortes de las Administraciones y las deudas acumuladas. Y estas donaciones suponen un respiro. Pero, a la vez, temen que se cree una dependencia de una fuente de financiación tan discrecional. Grau, que tampoco ve mal la idea de la presidenta de la CRUE, advirtió: “Las donaciones son positivas para algunos casos y algunas situaciones, pero no puede ser que el funcionamiento ordinario de la Universidad dependa de ellas; y esto está ocurriendo en algunos sistemas en los que están muy arraigadas las aportaciones de particulares. Es una frontera muy sutil que creo que no debemos traspasar”.

El rector de la Complutense apuntó hacia el mismo lugar: “Que quede claro que estas iniciativas nunca compensarán los grandes recortes de financiación pública que estamos sufriendo”. Adelaida de la Calle respondió que su idea es solo una “medida de emergencia” que “no debe consolidarse”.
Esteban Morcillo, rector de la Universitat de València, también mostró otras dudas: “Entiendo este tipo de iniciativas, pero me parece peligroso porque ¿qué haces si fallas? Solo si se perfila bien el destino de esos fondos, detallando a qué tipo de candidatos y según qué criterios se van a adjudicar esos fondos, puede tener éxito”. La Universitat de València, como muchas de las del resto del país, ha incrementado los fondos de emergencia para intentar evitar la salida de estudiantes con dificultades económicas.
En la Universidad Politécnica de Valencia se trabaja ahora en “definir el marco y la fórmula legal” para activar un fondo solidario. Esta iniciativa la pusieron en marcha los alumnos de esta universidad con el respaldo del rectorado para atender los casos de estudiantes que no pueden pagar las tasas. La Delegación de Estudiantes puso la primera piedra del fondo con 2.000 euros y la idea es que cualquier miembro de la comunidad universitaria pueda contribuir. “Todavía no hemos hecho la convocatoria, ahora estamos trabajando en los criterios de reparto de lo que se consiga reunir en ese fondo, porque no puede ser barra libre para todos y requiere confirmar que los datos económicos son veraces”, indicó la vicerrectora de Alumnado de la UPV, María Victoria Vivancos. “Esto no deberíamos estar haciéndolo las universidades si se ocuparan las Administraciones estatales y autonómicas correspondientes”, resumió Vivancos.
Publicado en elpais.com

elpais.com: La propuesta para apadrinar a alumnos divide a la Universidad

  • Algunos rectores temen que se confunda caridad con derecho a la educación
  • Los estudiantes recuerdan que es el Estado quien debe garantizar la enseñanza
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