viernes, 19 de julio de 2013

"¿Por qué un fontanero me da presupuesto y un político no? El partido que yo quiero" (J. Fernández Panadero)

Javier Fernández Panadero nos envía este artículo publicado en su blog LA CIENCIA PARA TODOS:


¿Por qué un fontanero me da presupuesto y un político no? El partido que yo quiero


A un fontanero, un albañil, un mecánico… a cualquier profesional le pedimos un presupuesto, de hecho ESTÁ OBLIGADO a darlo, de hecho… está obligado a cumplirlo. En cambio, cuando tratamos con políticos… tenemos que fiarnos de su buena voluntad y que harán lo que puedan. Alucinante.
Yo no quiero eso, yo quiero (y probablemente mucha más gente)…
EL PARTIDO QUE YO QUIERO
El programa electoral será un contrato vinculante y los políticos, los garantes de que ese programa se lleve a cabo.
1. Programa concreto
Basta de generalidades, lugares comunes o directamente mentiras. Queremos propuestas concretas y comprobables, que puedan llevarse a cabo y verificarse si se han logrado y en qué grado.
Hay algunas cosas que sólo dependen de los gobernantes y su voluntad de hacerlas (como por ejemplo eliminar cargos de “confianza”,) y otras en las que entran en juego otros factores que escapan de tu control, pero aún así te puedes comprometer a tomar las medidas que intentan conseguir ese objetivo.
Por eso, en el programa deberían separarse estas dos categorías:
1.1 Compromisos
1.2 Intenciones
Aunque las medidas concretas que se postulasen para conseguir esas intenciones las tomaríamos como compromisos.
2. El elemento aglutinante es el programa, no las personalidades
Lo que queremos son medidas que mejoren la vida de la gente, así que estamos un poco hartos de etiquetas y de personalismos. Deseamos trabajar para un programa concreto junto a personas que vengan de distintas opciones políticas, ideológicas… mientras coincidamos en objetivos y métodos.
No se trata de intentar juntar a muchos y luego pensar si vamos al cine o al teatro o a qué. Se trata de proponer un plan concreto y que se apunte quien lo desee.
Es posible que descubramos que hay mucha gente de buena voluntad y en lugares muy distintos, que estaría dispuesta a luchar por el bien común, y que esas medidas son más sencillas de lo que parece.
3. Los integrantes del partido son garantes de las propuestas
Es lo que os decía antes, si la ley no me obliga a fiarme de la buena voluntad de los pintores, ¿por qué tengo que hacerlo con políticos que manejan mucho más poder y pueden ser más peligrosos?
Con otros profesionales, recibo un presupuesto al que están obligados a ceñirse, puede que me manden a otro trabajador que ni conozca, o que no vea físicamente al mecánico que me arregló el coche, pero el arreglo debe ser tal y como está detallado en el presupuesto.
Ya que la ley hoy en día no contempla que el programa sea un documento vinculante y que se destituya al político electo que no lo cumple, en el partido que yo quiero, habría un compromiso privado, un contrato si queréis… en realidad quiero dos.
3.1 Compromiso individual
Los componentes del partido firmarían comprometiéndose a abandonar su puesto si no cumplen o si no pueden cumplir el programa votado.
3.2 Compromiso del partido de velar por ello
El partido también firmaría un compromiso de velar por que así fuera y además de denunciar y perseguir el incumplimiento del compromiso de cualquiera de sus miembros. Porque repito, los miembros del partido son los garantes de que se cumpla el programa, que es lo que aglutina a los componentes del partido y a sus votantes.
4. Cuestiones sobrevenidas, fuera del programa
Es evidente que gobernar un país o un ayuntamiento es algo complejo y que no puede ser previsto hasta el más mínimo detalle, lo que decimos, lo que gritamos hartos ya, es: ¿y no puede preverse ni siquiera un poquito?
Sin duda, aparecerán cosas nuevas o cambiarán situaciones que no estén contempladas en el programa (por muy exhaustivo que sea, y así es como lo queremos, detallado). ¿Cómo afrontarlas? Proponemos distintas estrategias:
4.1. Decisiones que ayuden o mejoren el programa
Tomemos acciones de forma que ayuden a cumplir el programa o que incluso lo mejoren.
4.2 Servicio público
El estado no es una empresa, los presupuestos del estado tienen que ver con los bienes que tenemos en común y con las aportaciones que hacemos con nuestros impuestos.
Los recursos del estado son de los ciudadanos y deben ser usados para proveer de servicios públicos y mejorar su calidad de vida.
Tómense la decisión que sirva claramente mejor al servicio público.
4.3 Consultas, votaciones, referendums.
Si no está clara qué opción está más en línea con el programa al que se ha comprometido el gobierno, hágase una votación (vinculante, por supuesto; otra cosa es una pérdida de tiempo). Hay sustrato tecnológico más que suficiente para hacer estas consultas con la frecuencia que sea necesaria.
El gobierno debe representar a sus ciudadanos y si en un momento dado no sabe cómo les representa mejor, que pregunte. Así de sencillo.
No soy tan inocente para pensar que una estructura está a salvo de que se la pervierta y se use con malas intenciones, pero tampoco soy tan tonto para creer que da igual tener una estructura más robusta a errores o a malas intenciones que otra. Sé que me puede caer un rayo en cualquier momento, pero aún así, miro a los lados antes de cruzar.
También sé que al final es la buena voluntad de las personas la que me protege o amenaza, pero, ¿no creéis que muestra buena voluntad un político que hace un contrato privado en el que se compromete a cumplir sus propuestas y a dimitir si se ve incapaz?
Esta es nuestra propuesta de estructura para el partido que queremos, que creo necesitamos.
Ojalá algún partido quiera regenerarse de veras en esta línea, o surja alguno con el valor de hacerlo.
Ahora…
ESCRIBAMOS EL PROGRAMA
Sé que hoy gusta mucho la horizontalidad, que todos opinemos y esas cosas… pero yo no quiero escribir así un programa, mi opinión no tiene demasiado peso, no sé mucho de demasiadas cosas, para eso queremos a los expertos. Si os parece raro, os animo a que arregléis vuestro coche, o mejor, que hagáis una asamblea para decidir vuestro tratamiento médico… Pues cómo se gobierne mi país me parece tan importante como para necesitar expertos.
En todo caso, hay muchas propuestas que podemos hacer desde el sentido común, os pondré algunas que se me ocurren o que me sugirieron y os animo a que en los comentarios vayamos poniendo más.
COMPROMISOS
1. Separación de poderes
Hay quien dice que España es una dictadura porque no hay separación de poderes, y es una exageración, quien ha vivido o vive una dictadura sabe de lo que hablamos (presos políticos, asesinatos, torturas, control de la información…) Lo que sí puede decirse es que un gobierno sin una separación de poderes no es una verdadera democracia.
El poder judicial debe ser independiente y un vigilante del poder legislativo y ejecutivo. Hoy en día, las instancias más altas de la judicatura están nombradas por el parlamento, por cuotas de partido, y vemos cosas como indultos a políticos o banqueros condenados, que nos abochornan.
2. Participación ciudadana
Si la democracia es el gobierno del pueblo, esto hay que moverlo un poco más. Consultas, votaciones, referendums (por supuesto, vinculantes). Hay infraestructura de sobra para llevarlo a cabo con las garantías necesarias y dejaríamos de dar un cheque en blanco cada cuatro años a un partido sin un programa o con la intención de incumplirlo.
3. Transparencia en la adjudicación de lo público.
Sigue sin ser transparente la adjudicación de lo público a empresas o individuos. Las donaciones a partidos (o los pagos ilegales), la condonación de préstamos bancarios a partidos y otras prácticas nos hablan de que detrás hay con toda probabilidad adjudicaciones poco claras, como poco.
4. Cuentas públicas, públicas.
Es nuestro dinero, nuestro. La administración lo gestiona. Tenemos todo el derecho a saber qué se hace con cada céntimo. Otra medida que dificultaría el robo.
5. Sin cargos de confianza.
Tenemos un cuerpo fuerte de funcionarios que llevan años trabajando en sus diferentes campos, que no dependen de elecciones y que, por lo tanto, pueden tomar decisiones independientes y en favor del bienestar de la sociedad. Utilicémoslos, para eso están, los gobernantes no pueden saberlo todo con todo detalle.
Si en algún caso hiciera falta un asesoramiento más allá, ¿qué os parece acudir a universidades u otras instituciones públicas (como el CSIC), para llevar a cabo esos informes con un pago puntual de sus horas de trabajo?
Los cargos de confianza han probado ser un coladero para el amiguismo y la malversación de dinero público, pongámoslo más difícil.
6. Salarios de cargos públicos regulados
Es escandaloso y ha ocurrido muchas veces, que una de las primera medidas de un gobierno (local, regional…) haya sido subirse los sueldos una barbaridad. Querríamos una ley general donde se establecieran los sueldos de todos los cargos (concejales, alcaldes, ministros…) y que no fueran lo escandalosos que son hoy en día por su cuantía ni por sus complementos o dietas.
7. Compromiso de uso de servicios públicos
Igual os suena raro, pero no se me ocurre mejor manera de que el hospital de mi barrio funcione bien que obligar ministro de sanidad a que lo tenga que usar él y sus hijos. Lo mismo para la educación, la justicia… que reciban nuestro trato y esperen nuestras colas. Así seguro que les importa más que mejoren.
Si usted es rico y quiere pagarse servicios privados, estupendo, pero si usted es un gobernante adquiera el compromiso de estar con nosotros a las duras y a las maduras. Un economista de mucho prestigio dice que elijas al gestor de tu dinero que invierta el suyo junto al tuyo.
8. Reducción, supresión del lujo innecesario y el boato en lo público.
Como ciudadano, al menos a mí, me escandalizan ver algunos actos oficiales y algunos gastos de políticos… hechos con mi dinero. No digo que tengan que comer siempre con un menú de 10€, aunque muchos trabajadores lo hacen a diario, pero una cena de 1000€… ¿no es excesiva? Me refiero a la austeridad que tanto se proclama, pero que sólo se aplica al pueblo y en sus servicios esenciales.
Ojo, no confundamos ese gasto con el gasto social, que es lo que al final nos cuelan. Se reduce el dinero en sanidad, pero no en cenas. Repito una vez más, el dinero del estado es el dinero del pueblo y queremos que lo gestionen para proveernos de servicios públicos.
9. Limitación de mandatos
Ya que queremos a los políticos para que sean garantes del cumplimiento de un programa, basta de personalismos. Limitemos los mandatos. Todos hemos visto, en todos los niveles de la administración, cómo la excesiva permanencia en el poder pervierte a los gobernantes y genera una red de amiguismos que no ayuda en nada al buen uso de lo público.
Espero vuestros comentarios para ir añadiendo más y más…
Esto respecto a los compromisos, respecto a las intenciones, para las que habría que articular compromisos concretos también…
INTENCIONES GENERALES
1. Servicio público
La función del gobierno es la gestión del patrimonio de sus ciudadanos… pero con un fin, como ya hemos dicho varias veces, para proveer de servicios públicos de calidad.
2. Cultura y formación
El derecho a decidir, la democracia… todo eso es falso si no dispones de información suficiente y de calidad. Si no es así, es un engaño. Recordad la cara que se nos pone cuando un médico son pide que elijamos un tratamiento para nuestra dolencia… ¿es eso capacidad de elegir? ¿Si no sé el nivel de éxito, los efectos secundarios, los detalles de cada uno de ellos?
Un gobierno debe velar porque sus ciudadanos adquieran cada vez mayor capacidad de pensar de forma crítica, mayor cultura y mejor información.
3. Redistribución de la riqueza
No se trata de que recibamos todos lo mismo, sino de acuerdo con nuestras necesidades. Quizá no vaya al médico nunca, pero quizá necesite un tratamiento largo y costoso. Yo pago mis impuestos para que lo reciba quien lo necesite, sea yo u otro. Quizá porque soy consciente de que ni yo ni la mayoría de nosotros podría pagar un caso grave por nuestra cuenta.
4. Pleno empleo
No puede ser que obliguemos a los trabajadores a jubilarse a los 67 años con un paro juvenil superior al 50%. ¿Hay trabajo que hacer o no? Repartamos el trabajo y hagámoslo entre todos. El beneficio en reducción de la labor que ha representado la tecnología se está quedando en las clases más altas. Quizá haya que reducir la jornada laboral a seis o a cuatro horas, sin perder poder adquisitivo. ¿Os parecerá una locura? Ya ocurrió antes, recordad que la jornada de ocho (en lugar de diez o doce horas), el descanso del fin de semana, las vacaciones pagadas… han sido consecuciones de la lucha de los trabajadores.
Os animo a seguir proponiendo también intenciones y a los expertos a que nos digan qué medidas concretas ayudan a la consecución de esos objetivos.
PETICIÓN
Os agradecería mucho la difusión de esto (si os gusta) al público para que lo demande y a las organizaciones políticas que conozcáis para que consideren adoptarlo. Para algunas personas la situación es desesperada y la situación debe cambiar.
También os agradezco los comentarios, ideas que se os ocurran para enriquecer el texto.

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